Redacción El Colombiano|
UN PENSIONADO, DE 92 años, fue asesinado al parecer por robarle. Los indicios que consideran las autoridades a partir del testimonio de familiares y vecinos señalan a un hijo de la víctima.
Tres días después del crimen, todavía estaban las huellas de sangre en las paredes de la pieza que habitó hasta el jueves José David Peláez, a quien tres asesinos -entre ellos un hijo suyo, según vecinos y familiares- le habrían impedido celebrar este 31 de diciembre sus 93 años.

La habitación, vacía ya de casi todos los enseres y de la alegría que para quienes lo conocieron era la más valiosa pertenencia del viejo, está ubicada al pie de la iglesia de El Carmen, en el barrio El Paraíso de Bello.

-Aquí era donde llegaba primero la navidad- cuenta uno de los vecinos señalando una instalación luminosa que, desapercibida por quienes ayer llegaron a limpiar aquel horror, colgaba todavía de una de las ventanas.

Dirigiendo entre lágrimas el oficio, una de las hijas mayores y quizás la más afectada por la muerte de don José David, contó que entre los presuntos atacantes varios vecinos identificaron al menor de los 22 hijos que tuvo su padre con tres parejas. Los indicios la llevaron a formular la denuncia contra un hermano medio suyo, de 23 años.

-Todos los demás hermanos están dolidos, pero él (el presunto asesino) sabía que yo veía por los ojos de mi papá -señaló llorando-. A mí me llamaba para que lo defendiera.

Lamentó no haber estado con su padre a las dos de la tarde del jueves para evitar que lo apuñalaran 24 veces y que le asestaran un golpe brutal en la cabeza, que hacia las diez de la noche comprometía su vida en el Hospital Marco Fidel Suárez, de Bello, cuando una falla cardíaca le puso fin a su agonía, según informaron los médicos.

Parecía un trasteo
Familiares y vecinos que llevaron a la vícitma al hospital, a las 4:30 de la tarde, coincidieron en que el ataque fue por robarle lo poco que tenía. -Se llevaron el televisor, el equipo de sonido, la cama -enumeró la hija del difunto. Los presuntos asesinos subieron todo a un camión y huyeron.

El robo incluye además elementos del puesto de comida que tenía otra vecina suya, el cual guardaba cada noche en la habitación que el viejo arrendaba a la parroquia desde hace 14 años.

-Yo los vi cargando todo y pensé que era un trasteo. Incluso lamenté que se estuviera yendo el señor, porque era muy querido.

Mientras el papá moría, otro familiar en el municipio de Caldas avisó que vio llegar con las pertenencias que eran del viejo a aquel medio hermano señalado por los vecinos. Incluso, según la versión, el presunto asesino habría admitido el crimen y de paso enviado un mensaje de amenaza a su hermana.

Agua, jabón y límpido sirvieron ayer para borrar las huellas de la pared, pero las marcas que este hecho dejó entre conocidos y familiares de quien hasta hace pocos años vendía mangos a la salida del colegio Carmelitano, perdurarán junto al recuerdo de José David, enterrado el sábado en el cementerio San Andrés, en Niquía.

» Un hijo de la víctima está sindicado

Consultados por el hecho que motivó el repudio de la comunidad del barrio El Paraíso, voceros de la Policía confirmaron el hurto como posible móvil del crimen, al tiempo que admitieron que un hijo de la víctima está en calidad de sindicado por el crimen. Sin embargo hasta ahora no hay capturas.