Autor: Ramón Elejalde Arbelaez
Primero fue Itagüí y ahora es Bello, para no citar sino dos grandes ciudades antioqueñas. El liberalismo termina convertido en la escalera, ni siquiera del partido Conservador, sino de unas castas clientelistas que detentan el poder. En Itagüí los rojos ya no somos opción de poder. Sus dirigentes han desdibujado totalmente el Partido y su fuerza electoral se va paulatinamente convirtiendo en un apéndice, sin ideas, del grupo que usufructúa el poder.

Todo a cambio de puestos y seguramente de contratos. Sanguijuelas del poder.

En Bello, hace cuatro años perdimos por escasos votos la Alcaldía, en unos resultados sumamente cuestionados, cuyo veredicto final se llevó a los tribunales, donde en unos controvertidos fallos dejaron las cosas como inicialmente lo decidieron los escrutadores municipales y departamentales. El Partido no asumió el rol que le correspondía por dignidad y por los intereses superiores de la ciudad, cuál era el de hacer oposición, y más bien optó por un maridaje concupiscente con los triunfadores. Después del pleito judicial optan por un matrimonio clientelista y dañino. Como sucedió con la antigua Anapo, hoy parte importante del liberalismo de Bello es simplemente una agencia de un sector del partido Conservador. Allá existen candidatos conservadores-conservadores y liberales-conservadores. Vamos rumbo a desaparecer.

Para las elecciones del próximo 30 de octubre el liberalismo de Bello inscribió como su candidato al señor Jaime Meneses. Cuando eso sucedió, muchos liberales le advertimos a la Dirección Nacional Liberal que esa inscripción era una jugarreta del representante Liberal (¿?) John Jairo Roldán para luego retirarlo, obvio, cuando ya el partido no tuviera margen de maniobra y así apoyar al candidato Germán Londoño. Efectivamente así sucedió y nuestros jefes, una vez más, pecaron de suma ingenuidad. “Se les dijo, se les advirtió y no hicieron caso”. El juego de Roldán era taponarle las posibilidades a la médica pediatra Luz Imelda Ochoa e impedir que el liberalismo siguiera siendo una fuerza decisoria en el municipio de Bello. La dignidad del liberalismo de Bello, al igual que la del de Itagüí, pisoteada por los negociantes de turno. Este grupo liberal-conservador aspira a obtener curul en la Asamblea de Antioquia, seguramente así sucederá.

En Itagüí, al frente de un grupo de jóvenes liberales, Javier Alonso Martínez se inscribió como candidato a la Alcaldía. Tienen ellos, candidato y grupo de trabajo, la difícil pero encomiable misión de rescatar la dignidad de un partido con historia y con tradición. En Bello apenas comenzamos el viacrucis y los liberales de esta ciudad, por dignidad, deberían apuntarle al voto en blanco para la Alcaldía, para el Concejo y para la Asamblea, como una actitud de rebeldía frente a jefecitos negociantes de la política.

Notícula: Se anunció una demanda pidiendo la revocatoria de la inscripción del candidato a la gobernación de Antioquia doctor Sergio Fajardo por pertenecer a la junta directiva de la Fundación Carulla, entidad que supuestamente tiene contratos con el departamento. La verdad es que ese tema es absolutamente irrelevante. Sergio Fajardo no ha celebrado contratos con el Departamento ni en nombre propio, ni en nombre de la Fundación. Es decir, la inhabilidad no existe. Inexplicable cómo profesionales del derecho se prestan para defender públicamente demandas temerarias.